Un apego no es un hecho. Es una creencia, una fantasía de nuestra mente. Si esta fantasía no existiera en nuestra mente, no estaríamos apegados. Amaríamos las cosas y a las personas y disfrutaríamos de ellas; pero, disfrutaríamos de ellas sin ataduras de ningún tipo. ¿Existe, de hecho, otra forma de disfrutar de algo?.
Repasemos todos nuestros apegos y ataduras, y digámosle a cada persona u objeto que nos venga a la mente: "En realidad no estoy apegado a ti en absoluto. Tan sólo estoy engañándome a mí mismo creyendo que sin ti no puedo ser feliz". Hagamos esto con toda honradez, y veremos que cambio se produce en nosotros... "En realidad no estoy apegado a ti en absoluto. Tan sólo estoy engañándome a mí mismo creyendo que sin ti no puedo ser feliz".

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